¿Quién dice que el IQOS es menos dañino?
- Jose Alejandro Galvez
- 28 oct 2018
- 5 Min. de lectura

Hace un par de meses, me subí al Mazda 2 de un amigo muy cercano. Nosotros dos, fumadores diarios, teníamos la costumbre de fumar un cigarro siempre que íbamos a algún lugar en un mismo vehículo. Pero esta vez, Diego me sorprendió. Sacó un IQOS. Hasta la fecha, no ha vuelto a fumar un cigarro normal. El IQOS, o THS (Tobacco Heating System, o sea, Sistema de Calentamiento de Tabaco) en los Estados Unidos, es un dispositivo electrónico producido por Philip Morris International (PMl) que calienta el tabaco en vez de quemarlo. Diego es uno de las 5.9 millones de personas en el mundo que utiliza IQOS.
Cuando le pregunté a Diego que porque se había cambiado al IQOS, me dio varias razones: ya no apestaba a cigarro, se miraba mejor, podía fumar adentro de los lugares… y era más saludable. Pero, ¿es el IQOS más saludable? Para el colectivo imaginario de los usuarios que conozco, sí. Sin embargo, ¿Asegura Philip Morris que sus Reduced-Risk Products (Productos de Riesgo Reducido) son más saludables? ¿Lo son?
Cuando se habla del IQOS y su sistema de calentamiento de tabaco, hacemos alusión a que un cigarro normal quema el tabaco a temperaturas mayores a los 600°C, mientras que el IQOS calienta el mismo a 350 °C. Lo hace sin combustión, fuego, ceniza o humo. ¿Qué implicaciones tiene esto? En palabras de PMI, “como el tabaco es calentado y no quemado, los niveles de químicos tóxicos son reducidos significativamente comparados con los del cigarro normal”.

The Guardian, reputado medio inglés, publicó un artículo en su sección científica donde reportaba un estudio en el cual se refutaba la afirmación de PMI donde decía que el IQOS no usaba combustión para calentar el tabaco. Los autores, publicados en el medio Tobacco Control (vocalmente anti-tabaco), afirmaban que se producía cierta carbonización, quemando el filtro que se usa para enfriar el aparato. El problema es que en el estudio nunca se hace una correlación entre la carbonización y la combustión como tal, aparte de usar solo 5 aparatos como muestra. PMI ha desacreditado el estudio diciendo que no se utilizaron los mecanismos que se usan para hacer los IQOS, alterando el proceso como tal, como informa The Guardian.
Lo curioso es que ni los vendedores, ni la caja donde está el aparato, ni el manual de usuarios con el que viene el dispositivo aseguran que el IQOS sea menos dañino. Entonces, ¿qué dicen los estudios de Philip Morris?
Philip Morris Internacional, ha sacado dos documentos sobre el tema. El primero fue publicado en septiembre de 2016 y el segundo en mayo de 2017. Nos enfocaremos en el primero, ya que fue el que salió como respaldo científico a los primeros IQOS que se vendieron. Aunque es obvio que sus pruebas están orientadas a salir de manera favorable para el consumidor de IQOS (por el conflicto de interés que esto presenta), no necesariamente significa que sus resultados sean engañosos.
Tres puntos principales avalan los documentos: Primero, están ratificados por la guía de la Administración de Comidas y Drogas para Productos de Tabaco con el Riesgo Modificado (FDA-MRTP, por sus siglas en inglés), reguladora estatal de Estados Unidos para este tipo de productos. Segundo, dan una referencia de los medios de prestigio que han publicado sus resultados, los científicos que han participado en la revisión de pares de sus procedimientos, aparte de reconocer las investigaciones paralelas que se están dando. Tercero, los estudios se realizaron en lugares que no están financiados por PMI, tales como el Tokio Heart Disease Hospital y dos hospitales públicos en Dallas y Florida.
Una vez ilustrado el producto, el impacto social que ha tenido y el contexto del documento: ¿qué dice este? El documento contiene, entre otras cosas, dos estudios: uno realizado en Japón y otro en Estados Unidos. Estos se enfocaban en el nivel de exposición a los Constituyentes Dañinos o Potencialmente Dañinos (HPHCs, cifras en inglés) que tenían aquellos que fumaban Productos de Tabaco Calentados Eléctricamente (EHTP, cifras en inglés) en comparación con los que fumaban cigarros normales y aquellos que no fumaron durante el transcurso del estudio, que duró 3 meses. Todos eran fumadores de cigarro regulares y se presentaban en condiciones saludables. Los HPHCs son químicos o compuestos químicos que se encuentran en los productos de tabaco o el humo del mismo que causan o pueden causar daño a los fumadores, activos o pasivos.
El grupo inicial era de 160 personas, divididas de la siguiente manera: 80 se cambiaron a EHTP, 40 dejaron de fumar durante el transcurso del estudio y 40 continuaron fumando cigarros normales. Los primeros 5 días fueron en la clínica, mientras que los restantes 85 fueron de manera ambulatoria. Aparte de los resultados de los primeros 5 días, se hicieron revisiones los días 30, 60 y 90. Los niveles de exposición a los HPHCs en los fumadores de EHTP bajaron a niveles parecidos a los de los que se abstuvieron de fumar.
Los HPHCs principales que se usaron como indicadores eran: monóxido de Carbono, acroleína (líquido que inhalado es tóxico para los humanos), benceno (compuesto químico orgánico cancerígeno) y butadieno 1,3 (compuesto químico orgánico cancerígeno). Todos se encuentran en los cigarros normales y su respectivo humo. La pregunta es: ¿Cuánto disminuyen en los EHTP? .
En cuanto a los indicadores mencionados anteriormente: El monóxido de carbono se encontró en concentraciones de 5,8% en el cuerpo de los fumadores de cigarro normal. En los de los fumadores de IQOS en un 2,9%, similar al del 2,8% en los que se abstuvieron de fumar. En cuanto a la acroleína, el líquido necesita una temperatura de 278°C para auto encenderse y volverse inhalable. Un cigarro normal duplica la temperatura, causando mayor concentración de esta en el humo. Había 700 unidades (aproximadamente) de acroleína presente en un fumador de cigarro normal, mientras que había 390 en la de un fumador de IQOS. Los no fumadores presentaron un promedio de 300 unidades de acroleína.

En total, los usuarios de IQOS presentaron una disminución de exposición a los HPHCs en un 43% con respecto a los fumadores de cigarro, según el estudio. En cuanto a la excreción urinaria, la presencia de materiales muta genéticos disminuyó en un 87% en los fumadores de IQOS, en comparación con aquellos que fumaron cigarros. La mutagénesis (proceso de mutación que deja residuales muta genéticos) está asociada con el cáncer. El estudio rindió estos resultados, aparte de señalar que cambiarse a un producto que calienta el tabaco podría reducir la incidencia de enfermedades de cáncer, cardiovasculares y respiratorias.
IQOS, y por ende Philip Morris, se ha cuidado las espaldas. En sus varias presentaciones, no dan datos sobre qué tan menos dañino es. Pero usan el término “menos dañino”. Sus estudios les respaldan.
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